El último lunes, los pasajeros de un vuelo de la aerolínea Fly Bondi que se dirigía desde Buenos Aires hacia Puerto Madryn vivieron una experiencia aterradora cuando la aeronave sufrió la rotura del parabrisas, obligando a un retorno de emergencia a Ezeiza. Gonzalo Acuña, uno de los afectados, compartió los detalles de una serie de inconvenientes que marcaron este viaje lleno de complicaciones con la aerolínea de bajo costo.

El periplo comenzó con reprogramaciones inesperadas, donde el vuelo originalmente planificado para el viernes fue postergado al lunes. Acuña relató: "El día domingo 14, a las 10:00 p.m, nos informaron vía mail que el vuelo se reprogramaba para las 11:50 de la mañana".

Una vez a bordo y después de múltiples demoras, el vuelo despegó, pero a poco tiempo de vuelo, los pasajeros fueron informados sobre un desperfecto técnico grave: la rotura del parabrisas. La aeronave tuvo que regresar a Buenos Aires, primero a Aeroparque y luego a Ezeiza.

Acuña expresó a canal 12 su sorpresa al regresar al avión reparado: "Nos encontramos con que era el mismo avión que nos había llevado, así que evidentemente habían hecho algún control, algún chequeo, y nos volvieron a subir".

La falta de información clara y precisa por parte de la aerolínea generó confusión entre los pasajeros. Gonzalo señaló: "La situación parecía una improvisación absoluta por parte de la empresa, ya que en ningún momento se nos brindaba información más allá de que se había rajado el parabrisas del piloto. No entendíamos por qué no teníamos ningún otro tipo de información".

Finalmente, el vuelo, que originalmente debía partir a las 9:00 de la mañana, llegó a Puerto Madryn con alrededor de 9 horas de retraso, dejando a los pasajeros con múltiples inconvenientes y dudas sobre la gestión de la emergencia por parte de Fly Bondi.