¡Otro aumento!: A partir del 1 de agosto, las naftas y el gasoil aumentarán
Las principales refinadoras del país, incluyendo YPF, Shell, Axion y Puma, aplicarán un incremento del 3% en los precios de los combustibles a partir de agosto.
Agosto comienza con una nueva suba en los precios de los combustibles en Argentina. A partir del 1 de agosto, las naftas y el gasoil experimentarán un incremento del 3%, impulsado por la devaluación del peso frente al dólar oficial y la actualización del impuesto a los combustibles líquidos.
Las principales refinadoras del país, como YPF, Shell, Axion y Puma, han anunciado que aplicarán este ajuste. La devaluación mensual del peso ha sido uno de los principales factores que han llevado a este aumento.
Además, el impuesto a los combustibles líquidos se ha actualizado en un 1%. El ministro de Economía, Luis Caputo, ha optado por una suba mínima en el tributo con el objetivo de apoyar la desaceleración de la inflación, aunque esto implica una reducción en la recaudación fiscal.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), la nafta súper de YPF, que lidera el mercado con cerca del 60% de participación, pasará de $941 a aproximadamente $970 por litro. El precio del gasoil subirá de $979 a unos $1.008 por litro. Se espera que las demás competidoras de YPF ajusten sus precios en una línea similar.
Desde que asumió el presidente Javier Milei, los combustibles han experimentado un aumento promedio del 126%, superando con creces la inflación acumulada. Sin embargo, el incremento actual se sitúa por debajo de la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec, que el Gobierno estima en un 3,7% para julio y prevé que agosto esté por debajo de ese porcentaje.
El aumento en los precios de los combustibles refleja la continua presión inflacionaria y la necesidad de ajustar los precios internos en respuesta a la devaluación del peso. Aunque la subida es moderada en comparación con aumentos anteriores, representa un desafío para los consumidores y sectores económicos que dependen de los combustibles.
El Gobierno y las empresas refinadoras se encuentran en una posición delicada, buscando equilibrar la necesidad de ajustar los precios con la intención de no exacerbar la inflación. Los consumidores, por su parte, deberán enfrentar estos nuevos ajustes en sus gastos diarios.