Santa Fe: Empleada del servicio penitenciario denuncia haber sido violada

Una empleada del servicio penitenciario en la cárcel de Coronda, denunció a sus superiores de violarla, intimidarla y hacerle perder el trabajo.

Equipo de Redacción MadrynAhora

Los hechos ocurrieron en el año 2017, en ese momento empezó el calvario de la trabajadora penitenciaria de 39 años. En ese momento se desempeñaba en la unidad penal número 1 de Coronda y denuncia que sus superiores la violaron en el lugar de trabajo.

Según relata la víctima, el destrato por parte de los superiores se originó desde que la enviaron a trabajar a un sector insalubre de la unidad penitenciaria. En ese espacio no había ni luz, ni baño, y sus superiores no acusaban recibo de los reclamos de la mujer. Es más, en una ocasión se le recomendó que si necesitaba ir al baño, lo hiciera en algún recipiente descartable, como una botella.

Fue en ese espacio del penal en la que la mujer sufrió el acto de abuso por parte de los dos hombres. Según relató a Rosario 12 la víctima, de identidad reservada, "un día vinieron de recorrida, los vi pasar por la ventana. Me pareció raro que no lo hicieran con una empleada mujer, como dice el reglamento, pero intenté tranquilizarme y pensar que eran compañeros. Abrieron la puerta de un empujón. Como eran mis superiores me puse de pie. Ellos empezaron a hablar y M. me preguntó si esa estufa era mía. Y desde atrás me tiró del cuello de la campera y me la bajó hasta los brazos, me paralizó. El otro, me arrancó el botón del pantalón y me rompió el cierre. Y ahí me hicieron... lo que le conté a mi abogado. Intentaba gritar pero no me salía la voz. Forcejeé para tirarme al piso. No tuve escapatoria, me agarraron del cuello, las piernas. Me dejaron tirada. M. me pateó la espalda, los tobillos y se fueron riéndose. Luego escuché que estaban afuera. Me acomodé la ropa y salí. Les dije que los iba a denunciar. M. me dijo que si denunciaba me iban a hacer desaparecer a mí y a mi familia. Me dijeron: 'No te olvides que tu marido trabaja en la cocina, con presos y cuchillos'. Cuando fui a contarle a la secretaria, ella me dijo 'acá las cosas son así'".

La mujer intentó seguir adelante sin denunciar el hecho, pero, en las pésimas condiciones de trabajo, contrajo una infección urinaria que le impidió acudir al penal. El reporte de su inasistencia lo realizó por teléfono y luego presentó el certificado médico correspondiente. 

Sin embargo, desde el servicio penitenciario le iniciaron un sumario administrativo por falta injustificada al lugar de trabajo. Además, en 24 hs. ya la habían suspendido por el hecho y después la despidieron por medio de un decreto.

Además, su abogado, Martín Mazzeo, declaró al mismo medio rosarino que "ella intentó hacer varias denuncias administrativas, pero la amenazaron y cumplieron: la despidieron por decreto. El 24 de octubre denunció el abuso en la Comisaría de la Mujer, en Gálvez. Ella está desempleada, por eso presenté un recurso para que sea reincorporada. Mientras tanto, uno de sus agresores dirige la Unidad Penal N°6 en Rosario y el otro está gozando de sus vacaciones".

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