Steve Jobs, fundador del gigante tecnológico Apple, murió en 2011 tras una larga lucha contra un cáncer de pancreas. Su mujer, Laurene Powell, recibió - tras su muerte- un valor estimado de 24.000 millones de dólares por las acciones de Apple y de Disney.

Desde la muerte de su marido, Laurene ha dedicado su vida a distribuir la fortuna de Jobs “de manera efectiva, de forma que eleve a los individuos y las comunidades de manera sostenible” a través de distintos proyectos en el mundo.

En una entrevista con The New York Times, afirmó que pese a la inmensa cantidad de dinero que heredó , no está en su idea que sus hijos al heredar el dinero de sus padres se conviertan en una una dinastía familiar . “No me interesan las estructuras patrimoniales heredadas, y mis hijos lo saben”, dijo Powell Jobs . . “Steve no estaba interesado en eso. Si vivo lo suficiente, (el patrimonio) termina conmigo”.

Es que considera que una acumulación masiva de la riqueza puede ser “peligrosa para la sociedad” y puso de ejemplo a importantes familias de los siglos XIX y XX como son los Ford o los Rockefeller. No ve correcto que las personas acumulen una cantidad desorbitada de riqueza: “No hay nada justo en eso”, sostuvo.

Laurene y Steve tuvieron tres hijos Eve, Reed Paul y Erin. Además, el fundador de Apple tiene otra hija de una relación anterior llamada Lisa.