Escándalo en el clásico: tres expulsados, agresión a un jugador y final bochornoso en Madryn

El clásico del Golfo, que enfrentó a Brown y Deportivo Madryn, se convirtió en un verdadero escándalo tras una serie de incidentes y decisiones arbitrales que dejaron al conjunto de La Banda con tres jugadores expulsados y un clima enrarecido que incluyó la agresión a uno de sus futbolistas. En el duelo disputado en el estadio Abel Sastre, el local se impuso por 1-0 con un gol de Facundo Giacopuzzi, en un encuentro que tuvo de todo: polémicas, rojas, proyectiles y un final de alto voltaje.

El clima en Puerto Madryn ya era tenso desde antes del pitazo inicial. Brown llegaba al duelo tras una semana marcada por un violento apriete de su propia hinchada, que amenazó con armas de fuego a los jugadores tras la última derrota. Con este contexto de presión, los dirigidos por Marcelo Broggi sabían que el clásico era clave para intentar salir del fondo de la tabla en la Zona A y tomar un poco de aire. Sin embargo, el desarrollo del partido no ayudó en absoluto a calmar las aguas.

Expulsión temprana y polémicas
El primer momento de tensión llegó temprano, a los 16 minutos del primer tiempo, cuando el árbitro Bruno Amiconi decidió mostrarle la tarjeta roja a Cristian Gorgerino, defensor de Brown, por un presunto golpe a Bruno Pérez. Aunque hubo un leve contacto entre ambos, la decisión dejó muchas dudas y desató la furia del banco visitante. El plantel de Brown consideró la sanción exagerada y esto encendió aún más los ánimos.

Las cosas no mejorarían para La Banda. Apenas 25 minutos después, Román Riquelme, volante central de Brown, fue expulsado por un codazo a un rival. Esta vez, la roja fue indiscutible y dejó al equipo con nueve hombres antes del cierre del primer tiempo. Con dos jugadores menos y una situación cada vez más tensa, el segundo tiempo se presentaba cuesta arriba.

La polémica mayor llegó en el complemento, cuando el encuentro estuvo detenido por más de diez minutos a raíz de una agresión desde la tribuna local. Un proyectil, aparentemente un fuego artificial, impactó cerca del ojo de Nicolás Herranz, defensor de Brown, lo que obligó a la intervención de los cuerpos médicos y a la preocupación de todos los presentes. Pese a la gravedad de la situación y el peligro generado, Amiconi decidió reanudar el juego luego de constatar que el jugador podía seguir.

El clima seguía caldeado, y cuando parecía que el partido terminaría sin más sobresaltos, Mario Galeano, mediocampista de Brown, vio la roja a los 84 minutos por una supuesta agresión. La decisión generó más protestas y desencadenó un cruce entre ambos planteles, con jugadores intercambiando empujones y acusaciones. Desde la tribuna, los hinchas locales arrojaron objetos hacia el campo de juego, sumando más caos a un clásico que ya estaba fuera de control.

El escándalo no terminó en el campo. Tras el pitazo final, algunos futbolistas y miembros del cuerpo técnico se cruzaron en la zona de vestuarios, y el operativo policial tuvo que intervenir para evitar que la situación escalara a mayores. Mientras tanto, la victoria le permitió a Deportivo Madryn trepar al segundo puesto en la Zona B, apenas dos puntos por debajo del líder, Nueva Chicago.

Por el lado de Brown, la derrota los dejó en el último lugar de la Zona A y con serias chances de descenso al Federal A. En este contexto, el equipo deberá afrontar las últimas fechas con la presión de mantenerse en la categoría y con un plantel golpeado anímica y futbolísticamente.